Lo que dicen los expertos sobre cuándo es un buen momento para cerrar un restaurante 

Los expertos revelan cuándo una decisión que parece dura puede ser en realidad la más inteligente. Desde la falta de estructura y planificación hasta la posibilidad de un nuevo comienzo, descubrir los signos críticos puede no solo salvar recursos, sino también abrir puertas a nuevas oportunidades en el mundo de la gastronomía. 

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La apertura de un restaurante es a menudo un sueño cargado de pasión, creatividad y ambición. Sin embargo, no todos los proyectos logran alcanzar el éxito esperado, y en ocasiones, la mejor decisión que un empresario puede tomar es cerrar su establecimiento. Aunque puede parecer una medida extrema, hay circunstancias en las que el cierre es no solo necesario, sino beneficioso a largo plazo. 

"Definitivamente debo cerrar un restaurante cuando colapso, cuando no tengo procesos y procedimientos clave dentro del restaurante, cuando no hago planeación adecuada y no tengo un punto de equilibrio en ventas", explica Camilo Murillo consultor gastronómico. Esta falta de estructura y planeación puede llevar a una situación insostenible, donde los intentos continuos de mejorar fracasan debido a la ausencia de una base sólida. 

La rotación constante de personal, la incapacidad para estandarizar recetas, la falta de alineación con la visión de la empresa y la ausencia de un liderazgo claro son señales de que el proyecto puede estar en peligro. Además, "cuando realmente me doy cuenta de que este sector no es el mío", es crucial reconocerlo y considerar la posibilidad de cerrar, de acuerdo con Murillo. 

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El cierre como oportunidad de aprendizaje y evolución 

Cerrar un restaurante no significa el fin de una carrera en la gastronomía. Al contrario, puede ser el inicio de una nueva etapa llena de aprendizaje. "No quiere decir que cierro el restaurante y nunca más puedo volver a abrir uno, hay personas que han cerrado cinco o seis restaurantes y eso les da experiencia para montar futuras empresas", asegura Murillo, subrayando la importancia de ver el cierre como una oportunidad de crecimiento y evolución. 

Un ejemplo de ello, es la cadena de restaurantes Buffalo Wings, operada por Operadora de Franquicias de Colombia S.A.S., enfrenta una situación crítica tras no lograr un acuerdo con sus acreedores, a inicios de 2024, para reestructurar su deuda de $26.500 millones.  

La Superintendencia de Sociedades reportó que la empresa no cumplió con los plazos establecidos para su reorganización bajo el decreto 560 de 2020, iniciando el proceso el 8 de septiembre del año pasado. A pesar de sus intentos de negociación y la solicitud de suspensión del proceso, Buffalo Wings deberá enfrentar las acciones judiciales y extrajudiciales de los acreedores y la restitución de bienes. 

Buffalo Wings, que comenzó su expansión en Colombia en 2009, se vio golpeada duramente por la pandemia, el aumento de la inflación y las elevadas tasas de interés. La cadena había planeado una rápida expansión que no pudo sostener debido a la crisis económica. En 2022, la empresa se encontraba entre las 1.000 con mayores ingresos en el país, pero sus pérdidas y deudas crecieron exponencialmente, agravadas por la disminución del consumo en el sector restaurantero. 

 

Shirley Rabelly, directora general de la compañía, sostuvo que la decisión de reorganizar la empresa demuestra la seriedad y el compromiso de los directivos y socios de BW por permanecer en Colombia. “El reto es ejecutar diferentes estrategias que den los resultados esperados para recuperarnos económicamente de manera gradual y sostenible”, comentó. Y agregó: “Estar celebrando nuestros 15 años es una prueba del esfuerzo colectivo y de sueños cumplidos. Es el reflejo de una visión que se convirtió en realidad gracias a la dedicación y pasión de los colaboradores como el apoyo incondicional de nuestros aliados estratégicos”. 

A pesar de estos desafíos, la empresa, que sigue siendo una marca líder en su sector, tiene la posibilidad de renovarse y volver a posicionarse en el mercado al establecer un plan de reorganización sólido y transparente, y reforzar sus relaciones con proveedores y acreedores.  

Para la directiva, la devoción del público colombiano por las alitas se encuentra en la originalidad de sus salsas. “Nuestros ingredientes seguirán siendo un misterio, aunque lo que diferencia a la marca es el amor y la pasión por el detalle que ponemos en cada plato”, reconoció. 

Con una gestión adecuada, Buffalo Wings podría salir fortalecida de esta crisis, aprovechando su experiencia y presencia en el mercado para crecer y adaptarse a las nuevas condiciones económicas. 

 

Buffalo Wings continúa presente en el mercado colombiano ratificándose como líder en su categoría, “queremos crecer apalancados en decisiones estratégicas, garantizando la estabilidad para nuestros casi 400 colaboradores, y de igual forma con los proveedores, explorando la posibilidad de expandirnos a nuevas ciudades”, comentó la directiva. 

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Realidades económicas del cierre 

Además, en algunas ocasiones, cerrar un restaurante puede implicar pérdidas económicas, pero a veces es la opción más viable para evitar mayores problemas financieros. "Un restaurante hoy nos implica perder dinero. Si lo vamos a vender, nos tocaría venderlo por partes porque el mobiliario no nos lo van a comprar todo completo", señala un experto, destacando la realidad económica que enfrentan muchos propietarios Camilo Murillo, consultor Gatsronómico.  

En resumen, aunque cerrar un restaurante puede ser una decisión difícil, en ciertas circunstancias es la más acertada. Reconocer los signos de que un proyecto no está funcionando y tomar la decisión de cerrar puede ahorrar a los empresarios tiempo, recursos y estrés, permitiéndoles redirigir sus esfuerzos hacia nuevos y más prometedores emprendimientos. 

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