Restaurante Contracorriente: una apuesta por la pesca responsable y el producto local
Restaurante Contracorriente: una apuesta por la pesca responsable y el producto local
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En la esquina de una calle en Chapinero se encuentra Contracorriente, un restaurante que rompe con los convencionalismos y apuesta por una propuesta culinaria diferente.
El chef francés Víctor Lanz ha dado vida a este lugar, donde la comida de mar es la protagonista. Con una combinación de sabores originales y técnicas innovadoras, Contracorriente busca cautivar a sus comensales con una experiencia gastronómica única que rinde homenaje al Pacífico y a la pesca responsable.
Un lugar donde se desafían las corrientes
Así como los peces nadan en contra de la corriente para prolongar su legado, el chef Víctor Lanz eligió crear un restaurante que fuera en contra de las reglas y presentara comida deliciosa con técnicas y combinaciones diferentes. Llegó hace 10 años a Colombia desde Francia como parte de un viaje extenso que luego se convirtió en permanente. Empezó con Sauvage, un cocktail bar abierto en 2019, y después de unirse con algunos socios, decidió hacer su operación algo más grande.
Según cuenta, sus raíces campesinas le generaron una pasión por el producto local y por el campo, y le enseñaron a apreciar la despensa local y a valorar lo que cada producto ofrece. Así, gracias a su paso por Colombia, entendió que su propuesta iba a estar atada a esa despensa enorme que poseía el país y a la necesidad de resignificar el producto local.
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Esto, en el marco de la crisis que vive el sector por el aumento de precios en algunos alimentos y la escasez de muchos otros, hace que la propuesta no solo sea rentable, sino un modelo de éxito en cuanto a la construcción de proveedores.
Y esto es lo que se ve en el menú de Contracorriente, una propuesta honesta, que puso en el centro del plato a la comida de mar y a los mejores productos locales, y entendió que para hacer la diferencia tenía que ir “contra la corriente”.
De esta manera, Víctor encontró en las agremiaciones y directamente con los campesinos sus aliados no solo para obtener el mejor producto, sino también para contribuir a través de su propuesta con el campo y con los productores. La despensa de Contracorriente, entonces, empezó a llenarse de productos provenientes de Bahía Solando y San Juan, en el Chocó; Guapi, Cauca, Isla Fuerte y el Golfo del Morrosquillo, en Bolívar, y Duitama, Boyacá, entre otros.
En Colombia la cultura campesina y pesquera es muy importante, y la despensa es muy amplia en todos los pisos térmicos, por lo que la filosofía de Contracorriente busca honrar con su cocina a estos productos y hacerles el mejor tratamiento posible. Por esta razón, han evitado a toda costa los productos industriales y se han apalancado más en el saber campesino.
Esto, combinado con sus raíces, también lo ha llevado a darle un valor adicional a los alimentos y crear una propuesta diferente, sino, además, respetuosa y responsable. Así, su política de cero desperdicios les ha llevado a aprovechar absolutamente toda la materia prima y experimentar para crear platos verdaderamente únicos.
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Un ejemplo de ello son los fermentos que se pueden apreciar en su cocina abierta, que incluyen muchos de los productos que normalmente se dejarían de lado, y que son usados en las preparaciones que se consumen en el restaurante.
Una propuesta culinaria única
La carta de Contracorriente ofrece una forma diferente de degustar la comida de mar. Entre entradas con vegetales, delicatessen, crudos, asador y confort food, la carta permite explorar la pesca desde diferentes técnicas y con combinaciones inesperadas para los comensales. Desde procesos de maduración y curación hasta ahumado, Contracorriente utiliza métodos no tradicionales para resaltar la calidad y el sabor del pescado y los mariscos.
Conserva de sierra whoo, churros de pescado y camote, y crudo de la pesca del día, así como fuertes cocinados al asador y combinados con purés de coliflor y zapallo. Su oferta, además de diferente, especifica la procedencia de los productos, lo que también ratifica el compromiso de Contracorriente con el producto local.
¡No es un arroz con leche!, uno de sus postres más famosos. Helado de queso con uvas pasas, espuma de arroz y vainilla. A la derecha, conservas se sierra wahoo.
Por otro lado está la barra, a cargo de Alexis Geiss, mánager, jefe de bar y socio de Lanz, que en línea con la filosofía de Contracorriente, presenta una oferta completamente experimental y fuera de lo común. La idea es confundir los sentidos y realmente ofrecer una experiencia diferente, por lo que es posible encontrar combinaciones que entremezclan lo dulce y lo salado, e integran ingredientes como el algodón de azúcar y la cáscara de pimentón.
Contracorriente es mucho más que un restaurante, es un viaje culinario donde cada bocado te transporta a las profundidades del mar y cada plato cuenta una historia de pasión y dedicación.
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