Restaurantes en Colombia: entre la contracción del consumo y el debate tributario 

El sector gastronómico enfrenta uno de sus momentos más desafiantes. Con un consumo en descenso y un impuesto al consumo que genera controversia, los restaurantes luchan por mantener sus puertas abiertas.

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El panorama del primer semestre de 2024 para la industria gastronómica colombiana estuvo marcado por una profunda contracción. Según la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), las ventas cayeron un 24% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esto, sumado a 18 meses consecutivos de disminución en las transacciones, ha generado preocupación en el sector, que además enfrenta costos crecientes de alimentos y servicios públicos. 

Aunque en agosto se reportó un ligero incremento en la actividad, septiembre trajo consigo nuevas complicaciones. El paro camionero tuvo un impacto significativo en las cadenas de suministro, generando una nueva desaceleración en las ventas.  

Octubre, por su parte, fue descrito como especialmente desafiante por varios actores del sector, con un consumo aún más reducido. Sin embargo, noviembre y diciembre son vistos con optimismo moderado, al ser meses históricamente favorables por la temporada de fin de año. 

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Consumo en declive, y no evasión 

En medio de este panorama, el debate en torno al impuesto al consumo se intensifica. Este tributo, que actualmente grava con un 8% el consumo en restaurantes, ha sido señalado como una carga adicional para un sector que ya enfrenta una fuerte presión financiera.  

El presidente de Acodres, Guillermo Henrique Gómez, aclaró que la reducción en la facturación no es producto de evasión, como algunas autoridades han insinuado, sino del evidente descenso en el consumo. “Es lógico que, si baja el consumo, baja la facturación. El sector es el más afectado en términos de ventas”, afirmó. 

Adicionalmente, Gómez destacó la necesidad de implementar un alivio fiscal para el sector. Propuestas como la reducción transitoria del impuesto al consumo al 4% han sido presentadas como una forma de "oxigenar" los restaurantes y darles la posibilidad de estabilizarse. 

Expectativas para la temporada final 

Mientras tanto, la implementación de la facturación electrónica, aunque técnicamente viable, también ha generado tensiones en el sector. El problema no radica en una falla de la herramienta, sino en un contexto generalizado de menor consumo. Según datos de Acodres, el gasto de los hogares ha cambiado drásticamente, con un aumento notable en ocio y cultura, mientras que los restaurantes enfrentan menores niveles de ingreso. 

La industria se encuentra a la expectativa de lo que sucederá en los últimos meses del año. Con un consumo más bajo, un mercado incierto y el peso de un tributo cuestionado, los restaurantes colombianos necesitan tanto de un ajuste fiscal como de un cambio en los patrones de gasto de los consumidores. La reducción del impuesto al consumo podría ser una solución parcial, pero el verdadero desafío está en recuperar la confianza de los comensales. 

Los próximos meses serán clave para determinar si el sector puede sortear este difícil momento. Aunque noviembre y diciembre presentan una oportunidad, será fundamental que los restaurantes cuenten con el apoyo tanto de políticas públicas como de una clientela que recupere su hábito de comer fuera. 

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